Cecilia tiene grandes ilusiones en la vida a pesar de la separación de sus padres y el accidente misterioso de su novio. Al cumplir sus veintiún años, su madre llega de los Estados Unidos a la Isla de Ometepe, en el Gran lago de Nicaragua, donde la joven vive con su padre, quien sin dejar ninguna explicación, mientras ellas están reunidas, se suicida. Ambas viajan a Nueva York. Viven momentos inolvidables. Por una infección adquirida durante las fiestas de celebración del nuevo milenio, Cecilia es hospitalizada: está contagiada con el VIH. Ella se rehusa aceptar un veredicto tan cruel porque cree que cosas así tan sólo pueden ocurrirle a los demás. Se enrola en un grupo de auto-ayuda para luchar y hacer retroceder, si no vencer, al enemigo implacable.